Terminó un mes de Enero inusualmente movido, como si ya se estuviera anticipando lo que será este año. La Política, como otras veces, trasladada a los lugares de vacaciones, como si la gente tuviera la voluntad de prestar atención a otra cosa que a su sola intención de descansar y aislarse de sus compromisos terrenales. Pero claro que vale para ir calentando motores con un acercamiento en territorio, especialmente el bonaerense.
Las novedades políticas del mes fueron variadas y han demostrado el todavía incierto panorama electoral, especialmente en cuanto a los acuerdos que puedan anudarse en los próximos meses con vistas a la contienda de octubre.
Quiero contar algo de las actividades realizadas durante el mes porque les adjudico verdadera trascendencia.
El 2 de enero viajé a Firmat, en el sur de Santa Fe, zona rica por excelencia adonde se percibe con claridad la génesis del crecimiento económico de la Argentina, que el Gobierno pretende autoadjudicarse. Claro, viniendo de los hielos patagónicos todavía no puede entender que la pampa húmeda pueda, en este tiempo, ser la generadora de los recursos que provienen de los precios y el valor que nuestros productos en el exterior, pese al castigo que -por falta de políticas de apoyo y estímulo- se viene propinando al campo. El rendimiento extraordinario del quintal de soja en esta región también amerita contraponer a ese beneficio del monocultivo, el deterioro del suelo y la necesidad de pensar en el desarrollo de otras formas productivas que contribuyan de otro modo para satisfacer las necesidades de la cadena alimentaria. Pero para eso hace falta un Estado nacional. Y es lo que por esta zona menos se ve.
Firmat es una ciudad agradable, tranquila, conducida politica y exitosamente por un Frente cuya columna vertebral es el RAdicalismo. Sus dirigentes son sencillos, trabajadores, transparentes. Cualquier vecino diria que son parecidos a cualquier de ellos, o en verdad, es que son uno de ellos.
Luego de haber pasado por Rosario en un encuentro fugaz (no frugal) con mis amigos y amiga Mónica Peralta de "La Lebensohn", durante el que planificamos nuestras acciones próximas, llegué en la tarde del día 3 y con un calor de aquéllos, a la Ciudad de Gualeguaychú.
Allí me encontré con el diputado provincial de esa Ciudad y también miembro de la asamblea ambientalista, el Dr.Osvaldo Fernández. Tenía un compromiso con él desde hacía muchos meses, cuando nos visitaron en el Comité Nacional para informarnos sobre la situación local en relación a la conflictiva instalación de las pasteras en Fray Bentos, Uruguay. En ese momento el Partido emitió una declaración de apoyo a los reclamos del pueblo de Gualeguaychú, marcando los errores del gobierno y algunso caminos a seguir. Por lo tanto, el motivo principal de mi visita era tomar contacto con el estado actual de la cuestión y tener una entrevista con los asambleístas en el Corte. Allí concurrimos después de haber avanzado sobre el Puente Internacional acompañados por la Gendarmería para tener una visión precisa del nivel de construcción de la planta finlandesa Botnia. Realmente, fui impactada por esa imagen, por el grado de avance (más de un 70%) y sentí una impotencia, distinta al espíritu de lucha encontrado en los militantes con los que minutos después conversaba en el corte de Arroyo Verde. Lo que quiero destacar es que cuando ellos comenzaron con su reclamo y trajeron a Buenos Aires el pedido de acciones urgentes y directas, en ese lugar donde hoy se erige una planta cuya chimenea es más alta que el Obelisco, NO HABIA NADA. No queda duda, entonces, acerca de la ineficacia de la acción gubernamental, la falta de atención o de voluntad que luego pretendieron compensar con declamaciones demagógicas que no servían ya para recuperar el tiempo perdido. Botnia es una realidad incontrastable. Allí está, tan imponente. Los camiones se ven tan pequeños frente a la enorme construcción. De este lado del puente. un pueblo hipermovilizado, tras una consigna valorable: el reclamo de una vida digna, de calidad, el derecho a un ambiente sano, equilibrado, apto para el desarrollo humano y para que las actividades productivas satisfagan las necesidades presentes sin comprometer las de las generaciones futuras (nada más y nada menos que lo que textualmente dice el art.41 de nuestra Constitución Nacional). (¿No será igual en Uruguay?)
Advertí en ellos la fuerza de sus convicciones y la dignidad de un pueblo que no se rinde. Claro si pelean por algo justo, por lo que les corresponde, cómo podrían bajar los brazos!!! Y también advertí en ellos un alto nivel de conciencia solidaria. Saben que la tolerancia acerca de lo que les pasa sería un paso abierto a la contaminación en otros lugares. Ceder sería no solo perder localmente sino dejarnos al resto a desamparo. Por eso, contra la burda afirmación de los distintos niveles de contaminación que la Argentina registra en otros lados (Riachuelo, Ceamse, otras papeleras nacionales), ellos han desarrollado una fuerte conciencia que respalda también la defensa de los derechos "de los otros". Y entonces es importante que "los demás", nosotros, los que tomamos cuenta que Gualeguaychú es algo más que un colorido Carnaval através de los medios de comunicación o en una visita corta como la mía, también seamos capaces de tomar actitudes comprometidas con esa causa que no es de ellos sino de todos.
Conversé con ellos, los asambleístas apostados en el lugar del Corte, con el interrogante sobre qué es lo que puedo hacer. Me vine con el compromiso de hacer un poco de embajadora (demasiado título, seguro) de sus reclamos, de sus derechos, de su lucha. Y este relato tiene que ver con eso, sin duda, lo más importante que pude haber hecho en Enero.
Mi vista a Gualeguaychù terminó esa noche con una reunión multitudinaria en el Comité Local. Estaban todos los radicales a los que también noté preocupados y también ocupados por salir adelante. Seguramente con distintas visiones y posiciones, pero no hay duda de la voluntad de participación y colaboración para mantener nuestra bandera rojiblanca. Lástima que Entre Ríos no haya podido formalizar un acuerdo con el Nuevo Espacio de Martinez Garbino. Bien creo que se podría haber dado una pelea fuerte y digna al oficialismo de Busti y quebrar la posibilidad de su permanencia. Pero respeto y apoyo la decisión del radicalismo provincial. Son los debates que nos debemos. En realidad, creo que nos falta debate sobre el rol histórico que el Radicalismo debe asumir en este tiempo tan complejo, cómo dignificar nuestra historia produciendo los cambios necesarios, cómo hacer del partido y de la política no un instrumento para llegar sino para transformar la realidad en favor de la población y en especial de los sectores más vulnerables.
Sin duda, Gualeguaychú deja mucho para pensar... y hacer.
Luego de unos días de descanso, corto pero bueno, respondí a una invitación del Ingeniero Blumberg para participar de un espacio de diálogo democrático con personas de distintas organizaciones y líneas de pensamiento. Aparece en este espacio virtual la carta que le enviara para fijar mi posición en torno a ese encuentro, de tal modo que no pudiera confundirse la intención. Ya le había adelantado, que no me anima ni la conformación de un espacio de confrontación ni una coalición, y que el diálogo debe institucionalizarse y organizarse en torno a una agenda de temas vinculados con el interés general. El resultado de la charla fue bueno, encontramos algunas coincidencias y definimos los temas sobre los que podría "dialogarse", además de compartir la necesidad de ampliar a otras personas y organizaciones.
El 27 de enero viajé a Mar del Plata. A la mañana temprano nos encontramos con todo nuestro grupo de referencia, el GEN local, compuesto por un conjunto de jóvenes extraordinario, de los que meten toda la garra y la fuerza militante, de que los que pelean por un partido comprometido con las necesidades sociales. Son los que nos obligan a no liquidarles el futuro, a sacar nuestras decisiones de las urgencias electoralistas que por contradecir nuestra propia historia, puedan socavar nuestra raíz, como fuente y sabia de ideas y conductas.
Con ellos y la compañia de Nito Artaza hicimos una caminata por la peatonal y la Rambla. Distribuimos un volante que habla de los recursos que aporta la Provincia a la Nación, de nuestra riqueza potencial y de su mala administración y distribución, porque tenemos un Gobierno provincial que no representa ni defiende el interés de los bonaerenses y por no reclamar lo que nos corresponde y la Nación nos saca, no sabemos si nuestros chicos podrán empezar las clases en marzo, seguimos con déficit y lo único que se le ocurre al Gobernador es aumentar impuestos o emitir bonos para volver a endeudarnos. Tuvimos una excelente recepción. Aún estando en el paseo típico de vacaciones, nos recibieron, nos escucharon. Y eso, para despuntar el año, estuvo muy bueno.
A la tarde participé del Panel organizado por el Grupo Pampa Sur, dirigido por la diputada María del Carmen Alarcón y Miguel SAredi, a quienes tengo que agradecer no solamente la invitación, sino la creación del espacio y la clara reivindicación de la política y los partidos que ellos hicieron, con un mensaje esperanzador y comprometido que nos moviliza a seguir adelante. Estuve acompañada por muchos dirigentes (de los mejores) del radicalismo de la Provincia y también me dio mucha alegria encontrarme con mi amigo Intendente de Pinedo, provincia de Chaco que vacacionaba en esa Ciudad y se acercó gentilmente.
Compartí el panel con el Ing.Blumberg, el diputado nacional Francisco de Narvaez y el diputado provincial Jorge Macri. Destaco la presentación de estos dos últimos, prolija y muy bien fundada, con quienes coincidimos en el diagnóstico sobre la situación provincial y agropecuaria.
A la noche, tuvimos una reunión de correligionarios en el Comité Local. REalmente fue muy buena. Siempre que nos juntamos a debatir, las reuniones son buenas. Tuvimos una presencia interesante con la visión de los bien mayores que contrastaba (o no tanto) con las de los muy jóvenes que también abundaban. Analizamos largamente nuestra situación partidaria, los caminos, las variantes de la estrategia electoral y los medianos plazos. Fortalecimos nuestras convicciones respecto de lo que se debe y de lo que ya no se puede. Alguien dijo que era un momento histórico: medianoche de un sábado de enero y el Comité lleno. Son los hechos que nos llenan de oxígeno, que nos hacen seguir, que alimentan el espíritu y van creando un lazo de amistad política que nos pone en inmejorables condiciones para la lucha.
No faltaron en Enero las discusiones políticas, los intercambios múltiples y entrecruzados, el debate sobre los candidatos propios, la posibilidad de conformar un frente provincial de centroizquierda, la necesidad de convocar a discutir un proyecto para la provincia y la necesidad de conformar un movimiento nacional que nos permita visualizar el mediano plazo.
El exceso de calor no logró mitigar nuestra inquietud militante. EStamos en marcha. En el camino que hemos elegido. Mirando hacia adelante.