Margarita Stolbizer

martes, febrero 20

PINGÜINO O PINGÜINA

Hace menos de dos años a los bonaerenses nos hicieron pasar esta pingüina por un ñandú o una gallareta, especies avícolas más propias de nuestra llanura pampeana. En verdad, era y es pingüina. Una de las especies patagónicas es el Pingüino Rey (Aptenodytes patagonicus). De allí parece descender la pareja presidencial, no solo por el ejercicio de un poder "monarcal", sino también por su desgpliegue de riqueza más parecido a un jeque árabe que a la representación democrática de un país latinoamericano (véanse las noticias del desembarco de la Primera Pingüina en Paris). A ese país llegó a cumplir misiones oficiales para las que no fue elegida ni tampoco había sido autorizada oportunamente por el Congreso.
Los ciudadanos y ciudadanas de la Provincia de Buenos Aires eligieron a la Reina Cristina para que represente los intereses de este territorio y por eso su recorrido -en lugar de capitales europeas- debió haber sido el de las escuelas u hospitales del Gran Buenos Aires. Tal vez entonces hubieramos logrado sensibilizarla frente a la pobreza y el estado de abandono que tienen esos nosocomios.
Resulta que la señora es pingüina pero nos la vendieron como propia, con el argumento de que había nacido en La Plata. Ahora el Presidente impone su candidato-cómplice para la Provincia que tampoco tiene compromiso con nuestro territorio ni con sus habitantes. ¿Qué bicho autóctono de la Ciudad Autónoma nos dirán que es o que ha dejado de ser?
Es razonable que el Presidente juegue con la Provincia más importante del país? Debemos tolerarlo sabiendo que eso impide a nuestra población tener una mejor educación y atención sanitaria y nos condena a no contar con servicios básicos de infraestructura como cloacas, agua, o a padecer inseguridad y déficit de medios de transporte?
Los habitantes de la Provincia debemos dejar de ser funcionales a los proyectos personales o matrimoniales del poder central, para defender nuestro derecho a una vida digna. Es necesario impulsar una nueva legislación para la distribución de los recursos federales. Y la Provincia de Buenos Aires formará parte de un mecanismo de solidaridad geográfica con las regiones más necesitadas, pero debe plantarse con autonomía frente al ejecutivo nacional que hoy se lleva nuestros recursos y tampoco resuelve esas situaciones de desigualdad.
Será pingüino o pingüina. A los y las bonaerenses nos da igual. Cualquiera de ellos seguirá mirando al Sur y comprando propiedades a precios viles en El Calafate, la villa pingüina.