Margarita Stolbizer

viernes, marzo 9

NUESTRO HOMENAJE

El año pasado desde la Secretaría General del Comité Nacional y con el apoyo de Elsa Ramos, impulsamos la celebración del Día Internacional de la Mujer de un modo distinto, para salir de las cosas comunes, de escucharnos entre las mismas y hacer actos tradicionales. En ese momento convocamos a mujeres aborígenes para hacerlas partícipes centrales del acto. Vinieron comunidades mapuches, tobas, guaraníes y coyas. Desde la mañana temprano llegaron con sus familias, sus caciques, sus telares -que funcionaron y atrayeron la atención de los presentes- y sus artesanías que vendieron y encantadas nos trajimos para casa. El acto terminó con un emotivo y bellísimo espectáculo musical de la artista mapuche Pichi Malen. Lo llamativo en ese momento fue que, cuando invitamos a las mujeres aborígenes a hablarnos de sus experiencias, algunas solo lo hicieron después que sus caciques con un discurso inicial las habilitaron. Nos llamó la atención esa desmostración cultural. Sin embargo, tiempo después he reflexionado cuánta semejanza con tanto acto partidario donde los varones parecen también habilitando los discursos femeninos o simplemente dejando a éstos de relleno de los escenarios que casi exclusivamente ellos protagonizan.
Pero ahora quiero contar cuál fue nuestro homenaje de este año.
Invitamos al Comité Nacional a Ester de Jaraz a hacer allí la presentación de su recientemente editado libro sobre "Subversión semiótica y poder político". Ester es una filosofa y docente de escuela pùblica nacida y residente en el Chaco (siempre intento reformar el carácter federalista de nuestras actividades), que ha recibido formación especializada en las cuestiones de género en la ARgentina y en el exterior, y también ha sido distinguida por su labor en el área.
Para acompañar esta presentación, invitamos a la Lic.Diana Maffia, Directora del Instituto Anna Harendt, a quien personalmente admiro por su claridad conceptual y su compromiso con los derechos humanos, especialmente los de las mujeres.
La Jornada fue excepcional, todos y todas las que participamos salimos de allí entusiasmadas con lo que habiamos escuchado. Brevemente quiero transmitir mis palabras en la presentación, y después de las bienvenidas y agradecimientos de rigor.
El libro de ESter presenta desde una perspectiva feminista, la relación entre el lenguaje y el poder, y el modo en que desde allí se limita o posibilita la situación social de opresión; destacando además el valor social del lenguaje como componente de la cultura humana. Ella da una razón a su tarea (de investigación): brindar un instrumento a la mujer para su lucha contra la discriminación y en la búsqueda de compartir el poder.
El objeto de su trabajo ha sido analizar cómo influye el derecho para instalar un modelo que reconoce al varón en una relación de superioridad (o dominio) respecto de la mujer. así es el lenguaje de la ley. Ha tomado la Ley 25087 que modificó el título del Código Penal antes referido a los Delitos contra la Honestidad por los Delitos contra la integridad sexual. Dicha ley tiene un enorme valor jurídico, social y cultural. Ha cambiado el bien jurídicamente protegido: antes era la honestidad, o más bien el honor familiar o de los varones; para pasar a ser la libertad individual o autonomía sexual de la víctima.
Sin embargo, creo que la mención a la integridad sigue siendo un resabio moralista. Y especialmente es una deuda que en algunos delitos de violencia sexual contra las mujeres, como el rapto, el abuso sexual y el estupro, la persecusión criminal dependa exclusivamente de la instancia privada. Solo si la víctima se siente ofendida, la acción penal es activada. Es claro entonces que existe una clara discriminación entre la víctima de estos delitos y las de otros delitos. El Estado se desobliga, no le importa si ella no se agravia. La consecuencia natural es la baja cantidad de denuncias, especialmente cuando el autor es un familiar o conocido.
Destaco el avance más importante de los ùltimos años que es la sanción del Estatuto de Roma para la creación de la Corte Penal Internacional (que nuestro país ratificó en el año 2000), en el que se han tipificado los delitos sexuales dentro de los crímenes de lesa humanidad, se ha incorporado por primera vez el concepto de "género" . Por lo tanto, la criminalización de esos hechos, que son considerados delitos, implica la protección de los derechos (referido al derecho de la mujer/víctima al uso de su cuerpo).
Pero lo más importante del libro de Ester de Jaraz es su visión esperanzada, tomando a la mujer como transformadora de cultura, hablando de la posibilidad de cambiar a favor de la libertad. Ella afirma "sí, se puede", intentar los cambios a través del lenguaje. Esa es la subversión semiótica que propuso nuestra invitada.