Margarita Stolbizer

lunes, marzo 26

EL RESENTIMIENTO DE HABER SIDO Y YA NO SER

El espectáculo lamentable de la Convención Nacional del RAdicalismo realizada en Avellaneda el sábado pasado, me lleva a escribir sobre la preocupación que tengo en torno al presente y al futuro de mi Partido.
Históricamente el RAdicalismo ha sido expresado por distintas corrientes internas de pensamiento y por dirigentes que bien podrían denominarse progresistas o por otros más moderados, tratándolo de decir de una manera simple. En algunas oportunidades unos se impusieron y los otros pudieron hacerlo en otros tiempos. Del mismo modo, algunas regiones del país expresaban mejor la visión más conservadora, y otros la más reformista. Así ha sido a lo largo de los tiempos, en este Partido que ha hecho practicado un culto al debate y al disenso interno.
Sin embargo, casi simultáneamente a que se comenzara a observar la incorporación de las prácticas clientelares para lograr adeptos, el acarreo de personas a votar en las elecciones internas por candidatos a los que ni siquiera conoce y que tampoco acompañaría luego en las elecciones generales, la compra de voluntades a través de distintos mecanismos, y también la práctica del fraude para adulterar un resultado, se ha manifestado una inédita intolerancia hacia el pensamiento distinto, como si quien quiere imponer sus ideas lo puede hacer mediante la exclusión de los otros. Quienes abrazan mayorías circunstanciales las usan para expulsar a quienes manifiestan diferencias, y se va imponiendo entonces el pensamiento de los que ganan, violentando las reglas democráticas de la convivencia interna.
Los cánticos de las barras han dejado de ser solamente una expresión del folklore radical, para ser el instrumento de la descalificación de la diversidad u oposición. Califico de igual modo a quienes de uno y otro lado, vivaban la expulsión de los otros.
En verdad, comencé a escribir este pensamiento para expresar la preocupación que me produce la intolerancia de cualquier tipo. Sufrí de manera directa la descalificación por haberme reunido con el Ing.Blumberg o haber participado de debates sobre distintos aspectos de la política nacional y provincial, con referentes de otros partidos o pensamientos.
Todos saben lo que pienso. Reivindico el diálogo democrático entre todos, no para convencer sino para buscar consensos tan necesarios para las políticas públicas, para comprometernos en la construcción de una ARgentina más justa, igualitaria e inclusiva.
No lo he hecho en ninguno de los casos que merecieron la fuerte crítica de las barras de empleados públicos vitalicios que exhibe mi Partido, para conformar ni siquiera discutir acuerdos electorales. Advierto sin embargo que los convencionales fueron convocados a discutir no la estrategia electoral del RAdicalismo para las próximas elecciones, sino un acuerdo cerrado y firmado el día anterior, sin autorización, por el Presidente y otros conspicuos dirigentes.
Repartieron fotografías de ese panel de debate sobre las cuestiones del género donde confluimos referentes del espacio político y adonde claro, había muchos de perfil y posición conservadora. Como antes lo habían hecho cuando participé en el Encuentro Nacional (Grupo Rosario), adonde sí lo hice convencida de que ese era el camino para construir la alternativa política que necesita la Argentina.
Entonces me preguntó qué es lo que anima la descalificación de mi participación en ámbitos públicos de debate confrontando ideas propias (que expresan las del RAdicalismo) con las de otros? y la respuesta la encontré en las personas que gerencian esos grupos, sus jefes o líderes, en algunos casos, su padre, hermano o aquel a quien le deben lo que son o tienen. Encontré en ellos la respuesta, que no es otra que el resentimiento de haber sido y ya no ser; porque antes ellos eran los convocados a cuanta mesa de debate había en la ARgentina, ellos eran los que expresaban al Radicalismo y conseguían, con sus apariciones públicas, múltiples adhesiones. Pero no soportan el ostracismo al que los han condenado los mismos que antes los aplaudían, porque se sintieron defraudados o por lo menos, han dejado de sentirse representados por ellos. Ya no expresan las ideas del radicalismo ni la concepción ética de la política que la sociedad está buscando. Y entonces han desplegado toda su capacidad destructiva, por eso, simplemente por el resentimiento de haber sido y ya no ser. Y por la seguridad, tal vez, de no volver a serlo.

2 Comments:

  • At 9:00 p. m., Anonymous Anónimo said…

    Querida Margarita! excelente tu comentario. No podemos dar un paso para atrás ni para tomar envión. Vos sos la que en este momento expresa la esperanza de una renovación en este partido y muchos, cada vez mas, estamos dispuestos a acompañarte. Hay
    una frase de DE GAULLE que puede resumir lo que yo siento con todo esto:"CON LA RAZÓN SE LUCHA PERO CON LA PASIÓN SE VENCE", así que sigamos metiendole para adelante con ganas y por supuesto con pasión.
    Un abrazo radical y mucha fuerza!
    Guillermo MDP

     
  • At 4:41 p. m., Blogger Margarita Stolbizer said…

    Muchas Gracias!
    Sigamos adelante!

     

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